jueves, 30 de agosto de 2012

Damasco en llamas

“Gravisque principum amicitias!”
(Horacio a Asinio Polion)
 
“Detenidos en el detalle parcial de vuestra vicisitud,
cesáis así de abandonaros al todo.”
(Juan de la Cruz, Comentarios a la Subida)

 

 

 

Parece que en un mundo que ha perdido su centro y su sentido, una vez más, sea necesario despertar en nosotros la huella de la totalidad, la voluntad íntima de revivir en nuestro corazón la mirada que abraza la unidad del mundo, aquella que devuelve al género humano la huella de su integridad y radical belleza. Regresar así de la trampa de interés propio a la viva llama del amor que todo lo abrasa.
 
 

 

Igual que la belleza de Beatriz supo mostrar a Durante qué se ocultaba tras ella, así como la noche protege en su alma certera y oscura el secreto radiante de la luz, así el mundo esconde el cántico de alabanza a su Creador. Aquí y ahora, la creación es total agradecimiento de lo que se sabe creado por un entendimiento, una voluntad y una imaginación sin medida. Siempre nueva, renovada, permanente itinerario de regreso a Su Fuente. Deseo ardiente. Encuentro real por imaginado.
 
 

 

¿Por qué no el hombre? ¿Por qué no el hombre? Dime tú, si lo sabes, ¿por qué no también el hombre?


 
 
 

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