"En el ritual de iniciación masónica, particularmente en el
grado de Aprendiz, se solicita al futuro
iniciado que deje sus metales fuera de la logia antes de ingresar para
dedicarse al trabajo espiritual y al perfeccionamiento moral. Es una invitación
a despojarse
del egoísmo y de
todo aquello que obstaculiza su crecimiento interior y la búsqueda de la
verdad. Una renuncia al individualismo en favor de la libertad, la igualdad y
la fraternidad, principios fundamentales en la construcción. Al ingresar sin metales,
entra simbólicamente en un espacio de reflexión y transformación, libertad, donde el crecimiento personal se pone por
encima del poder y la riqueza, de los lastres y valores mundanos, para avanzar
en el camino hacia la iluminación espiritual
y el autodescubrimiento..."
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