"Desde un somero análisis, la literatura de
anticipación nos traslada a un futuro que no tiene por qué ser en blanco y
negro, sino también en matices de gris con pequeñas luces al final del túnel. Últimamente, el debate
sobre si la distopía es pasado (y enterrado) está en boca de todos. El
regomello de que se ha puesto tanto en práctica con fines comerciales que ha
perdido el sentido, nos aboca a un sentimiento de deber, a la necesidad de
enfocarnos en una literatura más positiva y, supuestamente, abierta al cambio. Seamos
sinceros, el mundo se va al garete. Mas, siempre podemos alzarnos de nuestras
cenizas, no intactos, pero sí en plenas metamorfosis, expectantes por un nuevo
amanecer, aunque sea en un mundo cambiado, o dejarnos vencer y ahogarnos en
nuestra propia inmundicia..."
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