Tras la ficción de su esplendor verbal y su compleja amalgama de
entrelazados sentidos, toda obra que se precie de serlo esconde una coherencia
y profundidad inusitadas, allí donde la opacidad resplandece de un modo mágico
y misterioso que puede resultar intrascendente o caprichoso al lector incauto.
Todo libro persigue así un fin preciso y concreto, que ha de ser
minuciosamente trabajado bajo un velo de símbolos, cuyo esquivo misterio aviva
nuestra imaginación de un modo inusitado, toda vez que, quien se aventura a
desentrañarlo, adquiere la adecuada perspectiva. No hay mejor modo de
aproximarse a lo real que desde aquella belleza que destila e irradia la
metáfora poética.
Invitado estás a saborear su elixir, dejando
que actué en ti transformadora la trama de lo maravilloso que brota del océano
primigenio y sin orillas de la memoria, allí donde la lectura parece ser el
único ritual.
(Disfrútala gratis)