jueves, 26 de enero de 2012

El plan de huida

"Es médico quien sabe de lo invisible,
de lo que no tiene materia, forma o nombre
y sin embargo actúa"
(Servidor de Dulce, 1540)






Imaginemos, por un momento, que te das cuenta de estar atrapado en un lugar terrible al que no sabes cómo has llegado, pero es un hecho que ya estás allí, y se te pasa por la cabeza escapar (sólo a un loco se le ocurre intentar curar al psiquiátrico en el que ha sido recluido). Necesitas un plan.



Lo primero que debes hacer es renunciar de una vez por todas a ser liberado con la ayuda de nadie, sea prisionero o carcelero. Esto tienes que hacerlo sólo, con tus propias fuerzas e ingenio. Pensarlo todo cuidadosamente. Estudiar cada paso. Conocer, más allá de dónde se te permite, cómo funciona tu prisión. En otras palabras, escapar es complicado y requiere de tiempo y esfuerzo. No tendrás más ayuda que la tuya. Repito, nadie te va a ayudar.


La estrategia general es muy fácil de describir pero muy complicada de llevar a cabo. Tu cuerpo, lo sepas o no, está siendo envenenado con múltiples venenos simultaneos que te debilitan y deberás de aprender a evitar ingerirlos, aunque simules haberlos tomado, para no llamar mucho la atención. Sólo esta acción ya te permitirá recuperar la fuerza y lucidez necesarias para poder emprender la huida con éxito.


El plan que te presento funciona. Se confeccionó en Salzburgo, el 10 de agosto del año 1541. Memorízalo y déjalo en la prisión. No lo lleves nunca contigo. Si te pillan con él encima, estarás perdido. No le hables a nadie de él. A nadie.

1. Para recobrar la salud que te han quitado, respira honda y rítmicamente, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Bebe agua limpia a pequeños sorbos. Fruta y verdura abundante. Evita drogas y fármacos. El baño diario es un hábito que debes a tu dignidad humana.

2. Suceda lo que suceda a tu alrededor, destierra de tu ánimo el pesimismo, el rencor, el tedio, la tristeza, la venganza, la pobreza. Necesitas muy poco. Huye como de la peste de los que hablan mal de otros, de los viciosos, de los ruines, de los murmuradores, de los indolentes, de las personas chismosas, de los vanidosos, de los vulgares, de los que viven para su placer o interés. Sólo aprisionarán tu alma hasta asfixiarla si se lo consientes. Es tu responsabilidad. El azar no existe.

3. Haz todo el bien posible a quien lo acepte. Auxilia sin que te atrape la compasión por el auxiliado. El sentimentalismo te debilita, incapacitándote para la huída. Necesitarás mucha más energía de la que crees para escapar.


4. Olvida cualquier ofensa. Piensa bien del que sientas enemigo, sea preso o carcelero. No dejes que en tu alma entre una sola gota de odio. Ama al que te ofende. Se puede.


5. Recógete a diario donde nadie te turbe. Y allí durante una media hora no pienses en nada. Verás el modo de escapar con claridad.


6. Guarda silencio sobre tus asuntos personales. Silencio. Guarda silencio.


7. Jamás temas el daño que puedan hacerte los hombres ni el mañana. Te aguarda la libertad para la que naciste. El único enemigo que debes temer es tu propia debilidad o flaqueza, de las que nacen los insaciables demonios del egoismo y el miedo. Esfuérzate y sirve desinteresadamente. Date a los demás. No hay mayor riqueza que dar. No te quejes nunca. Nunca te lamentes. Domina tus sentidos, emociones y pensamientos. Reina sobre ellos con virtud, o ellos te esclavizarán.


Hasta aquí el plan. A ti te toca encontrar el modo de ejecutarlo en tus actuales circunstancias. Si no logras escapar a nadie podrás echar la culpa. Tuya será toda la responsibilidad. ¡Ánimo! Te esperamos fuera.


 

Cómo puedes tomarle la temperatura a tu humanidad

"¡Ay de mí, infeliz!
Averiguar, cielos, pretendo,
ya que me tratais así, 
¿qué delito cometí contra vosotros, naciendo?"
(Segismundo, en La Vida es sueño, de Calderón de la Barca)





¿Cómo puedes calcular lo que aún te  queda de humano? Una primera estimación aproximativa la obtendras por el grado de horror que te produce la sociedad que se ha diseñado a tu alrededor. La palabra es horror, no indignación. Si crees que los políticos que dicen gobernarnos son elegidos, que nuestra sociedad está basada en el bienestar de una gran mayoría, que lo que ahora nos venden como crisis es un asunto de economía mundial y que el éxito vital radica en poder consumir y adquirir posesiones con lo que obtienes trabajando, para poder jubilarte dignamente… he llegado tarde.


Si ves con claridad el horror aunque no sepas muy bien como hemos llegado a degradarnos tanto, aún hay esperanza. Queda algo de humanidad en ti. El Estado dictatorial no ha anulado áun tu capacidad de ver en dónde estás encarcelado. Esta prisión dispone de una potente maquinaria para degradar tu humanidad natural y troquelarte en pocos años simple en lo mental, desconfiado en lo social, malo en lo moral y dependiente en lo fisiológico. Conservas algo de tu genética humanidad si tu pensamiento soporta la complejidad, confías en los que te rodean, buscas el bien general renunciando al tuyo y cultivas lo que comes. Una frase al azar te servirá de termómetro. Observa en cuanto la leas, lo que sientes interiormente. Ahí va:

“La riqueza personal es mala, porque nos envilece”


¿Qué tal? ¿Cómo ha ido ya cosa? Ahora ya empiezas a saber lo que han estado haciendo todos estos años contigo. No te engañes más. Mírate sin miedo. Sólo desde la verdad, volverás a ser libre. Como ves, -lo de deshumanizar no es nada fácil ni menos barato-, han sido muy pacientes y han hecho un buen trabajo. Seres humanos contra seres humanos, hasta la total extinción de la especie. Llevará décadas el poder desmontarlo. Este es el plan.



Lo que aún no sabes de ti.

"Y si muero ¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo
como un bravo sacudí"
(José de Espronceda, Canción del Pirata)




(Algunas cosas que deberías saber antes de que la muerte te alcance)



Puede que tú aún no hayas tomado conciencia de ello, pero quizás seas el último ser humano que queda con vida sobre el planeta Tierra. Todas esas personas con las que convives de manera habitual o accidental, incluso las que quizá se encuentran ahora mismo a tu alrededor, cerca de ti, escúchalo bien, lo parecen, pero no son humanas. Dado que has demostrado el valor suficiente para acercarte a leer este blog, que te alude en primera persona, mereces saber algo muy importante de ti. Mañana puede ser tarde. Un día de estos ya estarás muerto.

Muchas de las cosas que crees saber a cerca de ti simplemente son falsas. A la especie dominante que ha suplantado a la humanidad, tu verdadera familia, le interesa que vivas y mueras en un mundo diseñado desde la mentira y el engaño. Mereces la verdad. Ahora necesitas saber toda la verdad.



Las cosas, el mundo, no siempre fueron así. La primera mentira que te han ocultado es que no te dejaron nacer libre. En el mundo en el que tú fuiste engendrado los seres humanos llevaban ya cientos de siglos siendo esclavos. En la escuela te contaron bonitas historias de "cromagnones" y "neardentales", lo de Darwin y el origen de las especies. Seguramente hasta lograron que te sintieras orgulloso de ser un Sapiens Sapiens y feliz de haber tenido la suerte de no haber nacido como ese cerdo o ese pollo que a diario es sacrificado en cualquier matadero para poder alimentarte.


Seguro que piensas que el siglo en que vives es el mejor de los siglos. Tu ciudad la mejor de las ciudades. Tu mundo el mejor de los mundos, comparado con las atrocidades que, de cuando en cuando, te muestran como viven los otros. Seguro que crees que vives en el menos malo de los mundos posibles, tal y como se han esforzado en hacerte pensar. E incluso que hay un pequeño grupo de seres humanos que vive mucho mejor que tú, a juzgar por el aspecto que muestran en televisión o en  las revistas del corazón.



¡Qué pronto te has olvidado del mensaje esencial! Ya no quedan seres humanos: puede que tu seas la última o el último que queda áun con vida.



Los seres humanos no siempre fuimos alumbrados en cautividad. Hubo un tiempo en que naciamos en la naturaleza y en libertad. Aquella época ha quedado codificada bajo un metal secreto. Aquel lugar es recordado con un nombre secreto. El último hombre que nació libre y pudo escapar viendo horrorizado e impotente como raptaban a sus hijos posee un nombre secreto. Al fin vas a saber cuando vivivieron, dónde y cómo se llamaban tus verdaderos antepasados genéticos. Lo que hoy te hacen llamar ADN es lo único real que guardas de tus ancestros libres. Todo lo demás, lo que puebla tu cabeza y tu conciencia domesticada es un engaño. Morirás en un mundo muy diferente al que como especie ya casi extinta perteneces. Ya es hora de que lo sepas. Eres un exiliado. Más allá de los honores y títulos con los que te han condicionado tus propietarios no humanos, no eres más que un esclavo, hijo y nieto de esclavos. Estás firmente encadenado a una mente que no es la tuya y que te ata sin que puedas verla. Algunos prefirieron quitarse la vida cuando tomaron conciencia de la realidad. ¿Qué harás tú? Ya veremos la decisión que tomas ¿Te atreves con el resto?




sábado, 14 de enero de 2012

Mitra y los Pitufos

“No te arredres nunca ni huyas jamás.
La búsqueda del peligro no es sino
una manera silenciosa
de interrogar al destino”
(Julius Évola, El arco y la flecha)



“En la clave del arco mal seguro
cuyas piedras el tiempo enrojeció,
un corazón en mano obra del cincel rudo,
campeaba el gótico blasón”
(Gustavo Adolfo Becquer, Rimas XLV)





Cuando se piensa en Marianne[1] de Eugène Delacroix[2] como valuarte de la libertad que representa en el imaginario colectivo la Revolución Francesa, pocos son los que reparan en la curiosa prenda que amalgama sus flameantes cabellos.

Prenda que encontramos en varios curiosos personajes de la iconografía moderna actual: Veamos algunos de los ejemplos más representativos:





Como ya habrá adivinado el lector, nos estamos refiriendo a la llamada “Gorra Bermella”, “Barretina”, o gorro Frigio, que aunque en su día fue reivindicado como símbolo de la República, ya estaba presente en las representaciones que se se conservan del dios Mitra y Atis.


Por lo que supone la arqueología, este ornamento bien podría estar realizado en lana o fieltro teñído de gules o púrpura, por las representaciones escultóricas que nos han llegado.



En ésta que se conserva en el Museo Británico, además del gorro frigio, volvemos a encontrar muchos de los elementos que aparecían consignados en el cuadro de Ieronimus Bosch del viajante: Un hombre encintado, un perro amenazador, un toro que es inmovilizado desde su pata trasera. Al que hemos de añadir un llamativo nuevo elemento cosmológico: La costelación de Escorpio, bien asida a los testículos del agonizante animal sacrificado. Unciendo la capa una estrella.

Por lo que sabemos, ese era el tocado característico de los magos medas en la antigua Persia, como refleja de un modo evidente el mosaico de la iglesia de San Apolinar en Rávena:



Está intimamente asociado al tema de nuestra obra, el de la Libertad que libera, que nos hace libres, aunque no por decreto o de forma inmediata, sino tras un lento proceso de ascenso interior, que lleva a una estrella.


La libertad es un ascenso progresivo sobre el dominio de los arcontes planetarios.  Un ascenso activo sobre ellos, y un descenso de ellos sobre nosotros, pasivo. Sobre este doble actuar (solar) y ser actuado (lunar) el triple cuerpo termina siendo transformado en algo verdaderamente real, merecedor de un gorro no ya dual sino unificado.
El triunfo frente a la muerte solar del tiempo y el diablo lunar del deseo.



Los orígenes de ese pacto liberador con la Verdad pueden rastrearse en los denominados Misterios de Mitra.
 
En sánscrito mitra significa “pacto”, “alianza”, por eso los medas lo consideraban bajo el atributo “yazata”, esto es, protector de la Verdad, de la fidelidad a la palabra dada, al juramento entre hombres que se reconocen hermanos. En lengua persa mitra derivó a mehr o myhr, “aquel que desde su remoto astro vigila” con su tocado frigio la lealtad entre humanos, la hace posible con la daga del entendimiento y la ilumina con la antorcha de la sabiduría, atributos presentes desde su milagroso nacimiento: él es el garante de que reine y juzgue la Verdad incondicionada, la única cuyo ordenamiento es verdaderamente libre y no está sujeto a intereses humanos, actuando pues invencible desde el Misterio.




La cueva y la piedra fértil lo vinculan a Hygiea, la fuente de la vida, la serpiente que la rodea, buena prueba de ello. El arco y la flecha a Abaris. Los gemelos Cautes y Cautópates, a las dos conciencias (solar y lunar) que se destilan de su sagrado nectar estelar.


El toro que ha de ser sacrificado para vestirse con su piel se inmobiliza en sus cuartos traseros (físico), se mantiene a salvo de la agitación de los delanteros (emocional) y, garantizando su respiración, se le sangra a la altura del cuello, donde transcurre la amenazadora dualidad cornamental de la vigilia escindida. El dominio de este animal otorga la purpúrea corona frigia de los hombre libres, aquellos que vencieron el triple encadenamiento físico, emocional y mental (los clavos de cristo) de los engañosos sentidos, los iniciados en la experiencia de Alma. Los que han muerto a un estado y nacido a otro, el de la transfiguración.


De su sangre llena de vida brota una nueva realidad-tunel, las espigas que habrán de alimentar un nuevo universo de sentido, más cercano a lo real, a la Verdad.
El cielo y la tierra se unen en el altar del hombre renovado, la sangre estelar brilla palpitante en el corazón del héroe que se ha vencido a sí mismo y, por ello, se conoce. La Gloria celeste, llena de Paz la renovada tierra. El Mitra Solar y el terrestre, renuevan de este modo un mutuo pacto: un juramento.




La Alianza. Hombres y mujeres así son los que se necesitan para celebrar el Banquete Sagrado, la reunión previa de los que habrán de embarcarse en un Viaje Estelar, las viandas necesarias del Pan y el Vino que harán posible que todos comulguen y sean, en común unión, reunidos en Uno.

El suelo del pavimento del mitreo de nos muestra con claridad los grados, que conocemos gracias Eusebio Hierónimo de Estridón y a la precisa descripción que realizó antes Macrobio en su conocida obra.[3]




No todos están preparados para alcanzar la libertad. Algunos prefieren seguir enamorados de las cadenas que les atan a la dualidad mundana, y gozar de los beneficios de tener los pies (bien amarrados) en el suelo.
Esos seres cobardes y acomodaticios, solo conocerán el gorro frigio através de los Pitufos o mediante la fácil información que brinda wikipedia. Más vale la hipnosis social que los mantiene aprisionados a diario en la cárcel mental de los sentidos, que elegir abrirse a la incertidumbre de nuevas realidades-túnel.

Esclavos felices en un mundo Feliz, como adelantó Aldus Huxley en su profética obra[4], que mantienen selladas a cal y canto las puertas que abren su realidad interior:
«¡Oh qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad!
¡Oh mundo feliz,
en el que vive gente así!»


Una humanidad que se sueña desenfadada, saludable y tecnológica, una vez que la ciencia consiga erradicar la guerra, la pobreza y la enfermedad, un día de estos. Ya queda menos, seguro. Una sociedad hueca ideal y eternamente feliz, aunque para ello tenga que pagar el peaje del Alma. El fin, justifica los medios.
Como señaló acertademente el conductista B. F. Skinner, para asegurar una felicidad continua y universal, la sociedad debe ser manipulada, la libertad de elección y expresión se debe reducir, y se ha de inhibir el ejercicio intelectual y la expresión emocional.
Los ciudadanos son felices, aunque esta felicidad haya de ser necesriamente artificial y "sin alma". El alma va unida al dolor y la angustia, que son parte tan necesaria de la vida como la alegría, y la dan sentido.
Aquellos que prefieran tener  libertad de elección, la inhibición de la expresión emocional y la búsqueda de ideas intelectuales tendrán que sacrificar la felicidad. Siempre podrán retirarse como hermitaños a una isla desierta e intenta iniciar una nueva vida, incluyendo un régimen de mortificación de la carne y autoflagelación.
La crisis que, por ser principalmente de valores, es también económica arramblará con el trabajo digno, el amor y la familia. El monopolio farmaceútico, al servicio de general despoprósito, no buscarán abrir nuestra mente al autodescubrimiento, sino propagar drogas para controlar al gentío.
La individualidad cederá a las exigencias de despersonalización colectiva. La educación al adoctrinamiento. La reproducción a los caprichos de la moda genómica de turno. La religión una pose “exótica” en manos de gurús autorizados. La Tradición Primordial, el recuadro de Google.
Lo dicho, un Nuevo Orden Mundial.











[1] Nombre que unifica el principio materno y metamaterno
[2] Autor que entró en 1832 contacto con las cofradías sufis de Marruecos y Argelia durante unos 23 años.
[3]Comentarios al Sueño de Escipión, Siruela (2004) y Gredos (2005)
[4] Brave New Word (1932), título también “hurtado” de la Tespestad de William Shakespeare, cap. V, arriba citado.