"La importancia de la práctica diplomática radica en su
versatilidad para generar información fidedigna, minimizar de las fricciones
potenciales y fomentar relaciones
amistosas entre los Estados soberanos, ya sea de manera bilateral, ad hoc,
directa o multilateral. Un diploma era así un documento oficial que otorgaba
una licencia o privilegio, remitida por la autoridad suprema de una entidad
política soberana a las autoridades de otra, para informarles que el poseedor
desempeñaba funciones de representación oficial y solicitarles así ciertos
privilegios para el funcionario en su jurisdicción. Sun Tzu (m. 496
a.C.) vivió una época en la que estados rivales empezaban a prestar menos
atención a los respetos tradicionales de la tutela, mientras competían por el
poder y la conquista total, perdido ya el arte de establecer aliados, el
trueque de tierras, y la firma de tratados de paz, para evitar la guerra,
gracias a la pericia del persuasor diplomático."
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