lunes, 8 de noviembre de 2021

Camino atento



"Gran parte de las ideas difundidas que hoy asumimos como ciertas, parten de premisas equivocadas, ingenuas y crean lugares comunes infundados para proyectar así su propia agenda a los hechos, reducen la complejidad de la historia humana a interesadas narrativas unidimensionales. Así, la agricultura y las ciudades no produjeron siempre jerarquía y dominación y que nuestros ancestros, sesgadamente caricaturizados como primitivos, bárbaros y políticamente ingenuos. Estos fueron mucho más sofisticados, justos y penetrantes en sus organizaciones sociales de lo que creemos. En realidad no existe una clara oposición entre la civilización y el sacrificio de libertades individuales: la civilización no requiere necesariamente la domesticación (represión) de los instintos. Una mayor calidad de vida (las cuotas de igualdad, justicia y libertad posible), no se mide en la acumulación de riqueza por parte de unos cuantos. Muy al contrario, cabe reimaginar la civilización humana a partir de un pasado mucho más interesante, complejo y glorioso de lo que se nos ha enseñado en la historia oficial y ¿por qué no? proyectarla de igual modo en el futuro. Quizá la verdad última, oculta, es que el mundo es algo que hacemos y que con la misma facilidad podría hacerse de otra forma."


 

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