"Las sigillaria eran unas figurillas de arcilla o cera, que se fabricaban
y vendían en la Vía Sigillaria en Roma, y se daban como regalos durante el
último día de las Saturnales, el 23 de diciembre. Estas figurillas se hicieron
con frecuencia a semejanza de alguna divinidad, algún personaje mitológico
célebre; o algo puramente fantástico, como un hermafrodita, un jorobado, el
tradicional caganet catalán o las curiosas sorpresas del roscón de Reyes. Estas
sigillas poseían valor era insignificante, a menos que la mano de obra del
artista poseyera un mérito inusual; sin embargo, aquellas hechas de mármol, bronce
corintio, plata u oro, con frecuencia tenían un valor considerable.
Indiscreto, Macrobio nos descubrió que la sigillaria era un sustituto de las
víctimas de los rituales de sacrificio humano ancestral o como pignoración
para garantizar del cobro de una deuda. Hoy, sin embargo, no son más que meros juguetes
para divertir a mayores y niños… ¿o quizá algo más terrible? (Adéntrate en el Antro Invisible,
con absoluto sigilo, si es que llegas a encontrarle, claro)..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario