"La
historia no existe en un tiempo pasado, separada del presente, sino que es una
perpetua presencia fantasmagórica, un árbol de mil ramas que confluyen en
vibrante palabra, bajo la sombra persistente de los dioses. Una serie de gestos sutiles que se repiten desde el amanecer:
el dios transformado en toro que mira a una muchacha caminar por la orilla del
mar, la ninfa que es la fluyente serpiente del agua, el narrador cuya palabra
es tan dulce como el soma (sólo mientras dura el encantamiento...), los arquetipos, las
resonancias de los planos invisibles, el atávico aroma de lo sagrado tras
las esquivas sombras, los inefables momentos
en los que nos posee (muy a nuestro pesar) la cálida violencia de lo divino…"
No hay comentarios:
Publicar un comentario