El
guardián espacio-temporal es el vigilante de las conductas que se salen de la
uniformidad dominante. Podría ser un vecino del barrio; cualquiera de nosotros
al servicio de un poder invisible. El rol de vigilar al diferente lo asume todo
para aquel que no quiere pasar por sospechoso. El miedo divide y uniforma.
El corredor, mientras va absurdamente ilusionado, no tiene tiempo de mirar
atrás, no sabe exactamente ni en qué sentido corre. Ha perdido la noción del
espacio-tiempo, se le ha extraviado el sentido de la carrera. La meta se ha
vuelto una abstracción vestida de rutina. La terrible decepción al descubrir demasiado
tarde que todo el trayecto lo has hecho en círculo… que tú eres tan solo uno
más.
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