"Desde hace algunos años Oriente ha sido particularmente
propenso a crear ídolos mediáticos irreales: hologramas, personajes de
animé, estrellas pop, avatares en 3D. Ahora la revolución digital ha dado
un paso más y está tentando a los clientes con sus ídolos de
IA impecables: influyentes virtuales que no aumentan de peso, nunca envejecen y
mantienen sus narices generadas por computadora fuera de la controversia. Atractivos
personajes virtuales que compiten con reales, en una combinación de las idiosincrasias,
sex appeal cultural y moda globales. Japón,
China y California están en la vanguardia y empiezan a obtener importantes
contratos de publicidad y a amasar cientos de miles de seguidores en Tik Tok,
Twitter, Instagram, Snapchat y otras redes sociales. La esperada venganza de la nueva
ruta de la seda no ha hecho más que comenzar…"
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