"Al principio, la búsqueda caótica no rinde fruto aparente.
La psicología Occidental parece imposiblemente mezquina, la espiritualidad
Oriental un adoctrinamiento sospechosamente simplista. Habrá quizá algunas
excepciones que inspiraron sin instruir, haciendo bien poco por allanar el
camino. Con la distractora hipnosis de la
tecno-prestidigitación y el sopor alienante del metaverso del estrés y consumo occidental
(Reino digital de la cantidad), una cifra
sorprendentemente reducida de personas de una demografía notablemente diversa
llegan a realizarse las grandes preguntas. Cada quién se siente perdido en un
laberinto íntimo, que la ciencia convencional o sus esfuerzos previos no les
han permitido navegar…"
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