"Es cierto que todas las fuentes, expertos y autoridades pueden albergar intereses ocultos o presentar la información pública de manera sesgada, acorde a sus particulares intenciones. Así, es importante disponer de criterios fiables a la hora de evaluar la veracidad de lo expuesto y tener en cuenta el contexto, buscar y contrastar otras múltiples fuentes , verificarlas y obtener así una perspectiva más amplia y equilibrada. Pero quizá el tema conspiranoico
no se presta especialmente a ello, al sostener que un evento o fenómeno es el
resultado de una conspiración secreta por parte de un grupo de personas u organizaciones
con perversos fines ocultos e inconfesables agendas, urdidas siempre desde la más deshumanizada y rastrera codicia que vieron los siglos..."
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