"Aunque en la
iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de
abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo
radicase en su voz y que su apariencia fuese poco menos que monstruosa. Se ha
comentado que posiblemente las sirenas que tanto intrigaron a Sigmund Freud son la intelectualización tardía de un
hecho narrativo que aúna peligro y belleza. En todo caso, ese sería un añadido
elaborado a lo largo de los siglos a su origen como horrendas y extraordinarias
cantantes que ocultaban el asesinato y la antropofagia. En la actualidad, hay diversas opiniones acerca de la existencia de estas criaturas mitológicas, documentales y ensayos que aseguran su inquietante y misteriosa existencia, bien protegidas ocultas en mínimas islas, mágicos lugares rodeados de acantilados y peligrosos escollos rocosos: los célebres Sirenun scopuli..."
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