"Hay una zona conocida como la Sala de los Pasos Perdidos,
que marca la transición entre el mundo exterior y el mundo simbólico de la
logia, funcionando como un espacio liminal, donde dejar atrás el simulacro de
su vida profana y donde los iniciados, antes de ingresar al
recinto sagrado del templo, pasan por un momento de reflexión previa o espera.
Excepcionalmente, es allí donde los profanos se preparan antes de su primer
ritual de iniciación. Símbolo de los errores, las dudas y las incertidumbres
experimentados sin la asistencia de una guía clara o dirección espiritual,
representan así el trayecto de búsqueda antes de emprender la espiral de
la vida iniciática. Huellas que se dan en la oscuridad, en la ignorancia o en
el desvío de las preciadas claves secretas, al fin recuperadas en un deseo
libertario de articular la conciencia de la complejidad de la realidad con
inefables prácticas emancipadoras..."