"Las redes sociales, los
algoritmos, la IA y la recopilación masiva de datos actúan como nuevas formas
de vigilancia y control. A diferencia del Panóptico
de Bentham, en el panóptico digital somos tanto los vigilados como los
vigilantes. Las vidas se han vuelto transparentes
a través de la exposición constante en plataformas públicas, lo que genera una
auto-corrección para ajustarse a los estándares percibidos como normales o
aceptables. La pérdida de privacidad no solo implica una intrusión externa, sino una transformación
interna: ajustamos nuestro comportamiento para encajar en las expectativas
de un público invisible. Así, el poder disciplinario y el biopoder se combinan
en las redes sociales, donde no solo se regulan las acciones, sino también las
identidades y los deseos, bajo la ilusión
de autonomía..."
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