"Es erróneo considerar que los cambios
turbulentos pasarán y todo será como antes. No lo hará. Sin embargo,
élites aún parecen conservar tales ilusiones, sin querer darse cuenta de cosas
obvias. Aún creen que el dominio global es una magnitud incambiable y
eterna. Nada es eterno. Los enajenados líderes continúan saqueando sus
colonias, y a sus pueblos por personas de segunda clase, porque ellos mismos se
consideran excepcionales. Conceptos clave, como la reputación comercial, la
inviolabilidad de la propiedad y la confianza en las monedas fiat, fueron
socavados por quienes se guían por sus ambiciones e ilusiones geopolíticas
obsoletas. Los esfuerzos destinados a combatir la inflación provocarán
que la economía de las entidades imaginarias se vea sustituida por la de
los valores y activos reales..."
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