"En
estos tiempos convulsos, exhaustos de incertidumbre
y desasosiego, es necesario un
cambio de mente, una transformación interna real. El ego socialmente condicionado nos dirige y nos ciega, nos distrae, no nos
deja ver quiénes somos. Podemos sin embargo escapar de él aplicando
un discernimiento claro, reflexión consciente sobre la
impermanencia y la muerte, observación aséptica de las reacciones egocéntricas,
práctica asidua de la meditación y desarrollo de la comprensión clara. Hay un día
te das cuenta que esa vida que llevamos de urgencias, de acumulación, de
ofuscación, de ira y cólera hacia uno mismo y hacia los otros es una auténtica
farsa. Ser conscientes, prestar atención, es el primer paso para emprender una
vida espiritual: la inquebrantable motivación de mejorar y
humanizarse, o sea, evolucionar conscientemente…"
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