"Un ritual conlleva una secuencia actos, gestos y palabras diseñado
para establecer un trato pactado a favor de los objetivos, fines e intereses de
los actores y entidades implicados de modo individual o colectivo, en un
momento y espacio previamente determinado. Un quid pro quo, que dirían los prestamistas
y mercaderes versados en la cantidad y calidad de la oferta, la demanda y la plusvalía
de intermediación, dentro de un establecido orden de cosas, allí donde quienes confeccionan
sobre el escenario las reglas de juego, participan entre bastidores, la noblesse oblige, a los tahúres quienes -desde tiempos
inmemoriales - mejor realizan el discreto y fino arte de las trampas…"
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