"Inicialmente, el orto helíaco de Sirio coincidía
con el solsticio de verano y el comienzo de
las inundaciones. Sirio refulgiendo fugazmente, antes del amanecer, precediendo
la salida del Sol y el río desbordándose, devolviendo la vida
a la tierra reseca, era una manifestación de influencia divina, imposible de
obviar. Desde hace 5000 años, la medida egipcia del tiempo constaba de
365,25 días, dividida en tres estaciones (120 jornadas) dedicadas a la siembra (peret),
inundación del Nilo (ajet) y cosecha (shemu), más cinco días consagrados al nacimiento
de Isis, Osiris, Horus, Neftis y Seth. En el año
238 a. C. se reunieron en Canopes la curia sacerdotal egipcia, para compensar el desfase decimal. Así, cada cuatro años, se requería la intervención de una sexta deidad fragmentada, consagrada a los Evergetas. Sin embargo, el lobby de aquellos hierográmatas partidarios del caótico desfase ancestral, saboteó sin dudarlo el necesario consenso..."
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