"Independiente de su engañoso
nombre (a menudo las palabras son fuente de confusión y enfrentamiento
discrepante) da la inquietante impresión
de que origen de las fuentes de las diversos, íntimos, angostos y, en
ocasiones, oscuros senderos espirituales posee un ancestral tronco común, una vívida
y potente corriente subterránea que las alimenta, que no consiste en viejos
pergaminos o miles de libros escritos en tinta y papel, guardados en los
anaqueles de antiguas y modernas bibliotecas
digitales: pero que aún resuena su eco en aquel alma humana que clama regresar -por
fin- a la verdadera vida…"
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