"Verso
a verso, Virgilio fue excavando las ruinas de Troya para resucitar a un héroe
que pudiera alumbrar la fundación mítica de Roma entre ecos del pasado y del
futuro: los frescos que Eneas contempla en un templo de Cartago, donde ve las
figuras de Aquiles, de Menelao, de Príamo, de Pentesilea, de Héctor y de sí
mismo; el escudo que le entrega su madre, Venus, y donde están grabados con
detalle alucinante los episodios de la historia de Roma, desde la Loba que
amamantó a Rómulo y Remo a los pormenores de la batalla de Accio, con el
triunfo y la coronación de Augusto. Hay también una historia de amor imposible,
la de Dido, la reina de Cartago que se enamora del caudillo troyano, se suicida
incapaz de soportar su fuga y cuyo juramento de odio eterno prefigura el
antagonismo mortal entre Roma y Cartago…"
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