"Los sueños no son meras ocurrencias aleatorias sino más bien
un reflejo de nuestra mente inconsciente. Entre la miríada de sueños que uno
podría experimentar, los sueños eróticos ocupan un lugar especial. Son una
ventana a nuestros deseos más profundos, miedos y la esencia misma de nuestra
psique. Desde la perspectiva junguiana, los sueños, al igual que otras
expresiones del inconsciente como fantasías o síntomas, tienen un propósito.
Juegan un papel en la complejificación y maduración de la personalidad individual.
Funcionan así como un mecanismo compensatorio, corrigiendo desequilibrios o
perspectivas unilaterales que se han vuelto disfuncionales. Esta naturaleza
correctiva de los sueños promueve la construcción de estructuras psíquicas cada
vez más complejas e individualmente integradas…"
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