"Intuitivamente, los deseos irracionales que pueden parecer no
estar en consonancia con la realidad lógica, pero ese anecdótico aspecto no
impide su paradójica y tenaz existencia. A menudo están impulsados por emociones
intensas, como el amor, la ira, la envidia o el miedo, que pueden nublar el
juicio racional., siendo realimentados por las expectativas sociales, las
normas y los principios pueden llevarnos a desear poseer, experimental o consumir
cosas que no son realmente lo que queremos, dando origen a una disonancia cognitiva,
un conflicto entre creencias y acciones. Para reducir este conflicto, pueden
desear furtiva e impulsivamente algo que no se alinee con sus íntimos valores, sin
pensar en las consecuencias a largo plazo. En ocasiones brotan de la necesidad
de escapar de la realidad o de buscar consuelo en fantasías incómodas y recurrir
a comportamientos de evasión y peligroso alivio más rápido…"
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