"Igual que la vida nace del caldo de cultivo de materia
prebiótica que forma relaciones complejas con el entorno, con las moléculas de
la atmósfera, creando un biosistema, así el Ser distribuido la conciencia humana
es un sistema emergente que nace de la complejidad tricerebral de las relaciones
entre las neuronas. La evolución, que parece ser un río acéfalo de
mutación indeterminada, puede contemplarse como la constelación de un único
proceso vital que escala la pirámide de la materia hacia la complejización de
la conciencia y más allá. Cuando todo se vincula con todo lo demás, la materia
se convierte en mente y el imperio del hábito se extiende de modo no local hasta
un punto de transmisión transpersonal. Es en la
heterogeneidad donde radica la creación del mundo. La naturaleza ama lo excepcionalmente
raro. En los márgenes de
la diversidad, está el mercurio de la transformación de un universo que se reta
a sí mismo y aún se reinventa sin prisa..."
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