"Parece casual que la palabra hogar se haya relacionado con
el fuego domesticado que arde en el centro de la casa. Reflejo de la actividad
solar que tiene lugar en el interior de la vivienda, las llamas encendidas en
la cocina o la chimenea dan igualmente vida y calor a sus habitantes. Todavía
hoy, los nómadas tibetanos procuran tener siempre encendido el fuego en el
interior de sus tiendas. En la antigua Roma había templos donde resplandecía
siempre un fuego sagrado solar que era
mantenido ardiendo por vestales. Peregrinar
a lugares sagrados ayuda a descubrir íntimos tesoros. Pero regresar al
hogar es volver a tu centro: es momento de recordar quién eres, celebrar tus
ciclos, didácticos retrocesos y avances y apreciar tu esencia..."
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