El problema más
elusivo de la tecno-ciencia contemporánea es la consciencia, entender cómo
emerge la subjetividad desde la physis cuántica. Existe un problema de foco al
concebir la mente y la materia como dos cosas distintas: El idealismo dualista
es una astuta trampa. El problema tiene que ver con nuestros obsoletos conceptos
de "materia" y del "yo", construidos bajo interesadas
falacias. El yo es una ilusión, su supuesta unidad es meramente un ciego constructo,
una perversa e invisible alucinación interna con la que se agrupa a una
serie de procesos mentales fluctuantes y efímeros. La materia tampoco tiene una
realidad independiente; es interacción relacional.
En “realidad”, deberíamos renunciar
a esperar una gran respuesta, una nueva y sorprendente visión metafísica, pues
no existe ninguna realidad más allá de una perspectiva de la realidad. El espejismo
del mundo del no es sino una forma sesgada más de ver el impermanente y efímero
caleidoscopio del instante, hurgando entre los restos del naufragio de lo real.
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