"Placer,
substancia sutil que, cuando acaece, impide y destierra cualquier otra
meditación que no sea ella misma. La clave radica precisamente en ese “mmmmmm”
larguísimo y universal. Su original duración, el tiempo invertido, nos explica
algo a través de ese desprecio del tiempo, poco convencional. El placer es otra
forma de medir el tiempo que transcurre. Ahí radica el milagro. Allí nació y
creció la humana inteligencia, el asombro por tratar de comprender. Quien
pretendiera acabar con nuestra inteligencia, forzosamente se tuvo que aniquilar
antes nuestro placer. Algo que precisa tiempo, y cuyo único sentido es gastarlo,
hasta llegar a agotarlo."
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