"Puerta mágica de comunicación ancestral
con entidades metafísicas, en 1900 quedó relegada a expresión simbólica del
inconsciente. Más allá de ser un reservorio de seseos sexuales reprimidos, la cotidiana
actividad onírica expresa su sabiduría en absurdos patrones e imágenes
simbólicas que requieren su hermenéutica mítica y arquetípica del proceso
transformador de individuación vocacional, en una travesía de peripecias constante.
Aspectos íntimos que necesitas ser reconocidos, re-unidos e integrados alquímicamente
en la totalidad de nuestro ser. La clave de Oniria no se haya tanto en la
fuente como en la finalidad de crecimiento, desarrollo y maduración personal
vital que nos completa y a la que somos arquetípicamente llamados…"
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