"Para el hinduismo y el budismo, después
de la muerte orgánica, y como parte de un ciclo de ajuste kármico, el alma (conciencia
e identidad individual) se reencarna en un nuevo cuerpo físico, pudiendo
persistir a través de diferentes vidas exclusivamente humanas, con la
posibilidad de aprender y evolucionar en el proceso. En la metempsicosis, en
cambio, el alma inmortal puede moverse entre diferentes formas de vida vegetal,
animal, humana o espiritual. La genómica establece una continuidad entre estructuras
biológicas complejas al borde de la vida como los virus y la fría complejidad socio-cerebral de la
cognición humana capaz de generar herramientas como el lenguaje, la medida, las
castas, la plusvalía, el COVID-19 de Wuhan o, casi antes de ayer, la misma no-humana
IAG…"
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