jueves, 25 de abril de 2013

Súbito encuentro con la sombra

 
 



Quien quiera que imaginara una sociedad que antepusiera el lucro al desarrollo de la propia conciencia, encontró el modo posible de llevar a cabo y materializar semejante despropósito. ¿Quién sería capaz de imaginar empero, desde ese lodazal disfrazado de próspero desarrollo, lo contrario?

 
Cada ser humano que encuentra el modo de seguir adelante en su búsqueda, es guiado por la sed de algo que, por más que se empeñen algunos en otorgarle alguno provisional que acabe por convertirse en marca protegida, no tiene nombre. Una llamada a ser cuanto intuimos que estamos llamados a ser. Potencia hecha acto.

 
Responder fielmente a esa crucial llamada requiere un grado de atención e íntimo ensimismamiento, que el perverso tropel distractor nos obliga a postergar una y otra vez, sine die, creando en esa permanente postergación una carencia esencial, un vacío tan doloroso que sólo se repara volviendo a nosotros mismos, mientras duele.


Hemos de estar atentos a las intuiciones intelectuales que provienen de la propia senda. Uno sólo encuentra los maestros que su sinceridad merece. Vive en la incertidumbre de caminar siendo el propio creador de tu realidad. ¿Qué duda cabe? La sorpresa está garantizada.

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