"Los periodos de transición de los seres humanos –como inesperadas pérdidas, cambios de
trabajo, divorcios, duelos– son más propensos a la ocurrencia de sincronicidades, posiblemente porque nuestra reestructuración
interna causada por la crisis genera una energía de búsqueda de sentido
transformadora que nos obliga a encontrar patrones en las extremas
circunstancias externas. Existe así una estrecha relación entre los
acontecimientos interiores y exteriores que vivimos. Cuando ocurren
estas coincidencias algo misterioso agudiza nuestra atención, señalando que estamos
en un camino vital
correcto. Serían una especie de mensajes cruciales orientativos, procedentes de una realidad
ignota y sin embargo tan cercana…"
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