"El consumo de medios
masivos promueve la recepción pasiva de información, sin invitar al análisis o
a la reflexión crítica. La saturación de contenidos entretenidos (series, redes
sociales, videojuegos) mantiene a las personas en un estado de distracción,
reduciendo el tiempo y la energía para la introspección y el debate. Los medios
y plataformas digitales ofrecen recompensas inmediatas (likes, notificaciones, clickbaits),
anzuelos con titulares sensacionalistas,
engañosos o exagerados, lo que refuerza el consumo compulsivo y
superficial, reduciendo la capacidad de profundizar en cuestiones complejas. Las
redes sociales crean una ilusión de participación política y social cuando, en
realidad, muchas veces el "activismo digital" no tiene un impacto
tangible. La maniobra alienante se completa utilizando algoritmos de IA que
personalizan el contenido según nuestras preferencias, evitando la exposición a
ideas que cuestiones y desafíen nuestras creencias…"
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