miércoles, 4 de abril de 2012

Nuevas completas

Señor me ha dado una lengua de iniciado,
para saber decir al abatido
una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído
para que escuche, como los iniciados.
El Señor Dios me ha abierto el oído;
y yo no me he echado atrás ni me he rebelado.
(Isaías 50, 4-5)

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"Más allá de la esfera que más veloz gira,
pasa el suspiro que de mi corazón sale:
inteligencia nueva,
que Amor llorando infunde en el corazón,
y hacia arriba lo tira".
(Durante, Vita Nuova)

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Lo oculto (la latencia) es el presente demostrable del futuro.
La transparencia (lo diáfano)
es la forma fenoménica (epifanía) de lo espiritual.
(Jean Gebser, Origen y Presente)

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Un año más, madrugó más la Semana Santa (todas lo son), imploro el cálido abrazo de Mnemósine, en esta hora tan dulce en la que el resplandor del día abandona y se retira, dejando paso a la caricia de la noche: ”Te luces ante terminum”. Hora en la que los amigos amados ya se han ido y regresando la nostalgia al corazón de aquel que busca, lo derrite. El alma enamorada se acongoja al escuchar en la distancia el tañer de la campana vespertina, llorando por otro día que  -cumpliendo su destino- muere: “l'ora che volge il disio ai navicanti e 'ntenerisce il core” (Purgatorio XVIII, 1-6).

Recordar una vez más el rostro bien amado de Beatrice Portinari, descendiendo de las nubes, tratando de digerir –sin llegar aún a conseguirlo del todo- que yo también me había cansado en vano y había gastado mis fuerzas para nada. Asumir que es necesario mirar hacia delante, ahora que ya no queda nada  a lo que volver.



¿Qué hacer ahora con los dones recibidos?  ¿De dónde sacar las fuerzas, para mantenernos fieles a la misión recibida, para sostener con firmeza aquel juramento que hicimos de servir Su Voluntad con una entrega radical y amorosa, ahora que las cosas se ponen cuesta arriba? ¿Cómo no desmoronarse ante el celo de las cuchilladas del arrepentimiento y aliviar el profundo sufrimiento de descubrirse en la prueba, abandonados y solos? ¿Cómo es posible encontrar, en proceloso itinerario por el mar nocturno, un modo de remontar este voraz sentimiento de fracaso, y poder seguir llevando Palabra de aliento al abatido,  cuando somos ahora nosotros quienes, fatigados del camino, adivinos cegados por la doble experiencia mal digerida, se encuentran más que nunca indecisos y desanimados?

Lo sé: si viene, conviene. No hay razón alguna para rebelarse y echarse atrás. No fuimos iniciados para dar satisfacción a nuestro gusto ni para que se cumplieran ninguno de nuestros deseos. No permanecemos en esta Vía para escuchar el permanente cacareo egoico de nuestra voz, sino para servir, haciendo nuestra, la Voluntad de la Suya. Por Él, con Él y en Él depositamos aún nuestra maltrecha confianza, acogidos al yugo protector de la Presencia.

En aquel sueño, alegre me parecía Amor, teniendo
mi corazón en la mano, y en sus brazos una
dama, envuelta en un lienzo, dormida;
Después la despertaba, y de este corazón ardiendo
ella espantada humildemente comía,
y después irse la ví llorando. (Durante, Vita Nuova, III)

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La Naturaleza se despierta del letargo invernal, en esa muerte necesaria para regenerarnos y seguir vinculados a la vida consciente, la única forma real de vida. Os invito a trabajar intensamente sobre vosotros mismos en estos días de Santa Oficial Semana, disolviendo aquellos elementos indeseables que cargamos a menudo en nuestro interior: miedo, odio, tensión y agitación. Así podrá entrar la Presencia de la primavera divina en nosotros y fecundar nuestra pequeña alma, y tornarla grande. Propiciad el reencuentro: recordad que, en esencia, no somos más que el producto de nuestras acciones y reacciones concordantes.

En en parque de los almendros, cuajados ya de preciosas flores menudas, la primavera asoma curiosa y risueña en cada brotecito de hojas nuevas y tiernas, entregadas livianas y desinteresadamente, a trasformar la luz en espíritu respirable. Silenciosas, fabriles. Como ellas, insisto, no somos sino el producto de nuestras acciones.



Ésta es -para aquellos que están atentos- una Semana Santa especialmente regeneradora. No os dejéis arrastrar por nada que no sea esencial. Deteneos a observar como la naturaleza se regenera y, con ella, nosotros.
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Mundus volvitur, sed Deus manet semper. Mi corazón late en calma. Afuera redoblan sumisos los amenazadores tambores. Jueves Santo, 2012: cúmplase certera la eterna Pasión. En tus manos encomiendo mi alma cansada, Padre.

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Regresa siempre A la Presencia, corazón mío.
Siente Su Paz... siente Su Paz...
Míralo así, corazón mío:
“Vide, vide, Cor Meum”.

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