“Tigre, tigre,
fuego deslumbrante en las selvas
de la noche
¿qué mano inmortal,
qué ojo pudo trazar tu terrible
simetría?·
(William Blake, Hijas de Albión)
no siempre coinciden ordenante, organizador y ejecutor."
(Leonid Ivashov)
Para terminar con un ser humano, no es ya necesario acabar con
su vida. Basta con arrebatarle su dignidad y poder adquisitivo, impidiendo su
acceso al trabajo. Por exigencias del guión global, lenta pero inexorablemente
las relaciones comienzan a degradarse en el seno de nuestra sociedad, según lo dispuesto.
Meticulosamente y conforme lo
previsto se suceden y alimentan focos de inestabilidad política, económica y
social para que, por saturación, la agresividad se torne indefensión, decaigan
los valores morales, triunfe el cinismo y el nihilismo, se legalicen el vicio y
la deshumanización, para que el crimen se extienda con mayor celeridad y alevosía.
Nadie protesta por la humanidad
si no es para reclamar por el último derecho privado que le ha sido usurpado.
Nos distraen con el señuelo de la pasta, mientras desmantelan la dignidad
humana, siguiendo precisas pautas computacionales: sistemas expertos…
Para construir un nuevo orden,
será así necesario resetear el antiguo y, por más que les pese a los bites, formatear toda la memoria, para que ya nadie recuerde que donde había un CERO ahora hay un
UNO y viceversa. Todos los recursos del planeta deberán ser liberados de sus
antiguas manos y puestos en las de aquel que “sabe” mejor administrarlos.
Ciudadanos del mundo, por encima
de las fronteras de la tierra y las del cielo, será terrorista (y tratado como tal) todo aquel que
quiera hacer prevalecer cualquier trazo de la antigua memoria. Bienvenidos a la
nueva dictadura financiera global, la teocracia monetaria está aquí y viene
para quedarse, cueste lo que cueste. En este austero e interesado exterminio de los derechos
humanos, no se repararán gastos ¿Retry, abort, error?
Estimado Abraham, cuanta razón hay en sus palabras! A cada minuto que pasa me parece que la humanidad camino a pasos largos para la decadencia final...
ResponderEliminarCon lo pesada que soy, tengo una preguntita: de donde puedo bajar su libro "Nohmata", que no lo encuentro en Scribd?
Un abrazo,
Isabel