sábado, 9 de marzo de 2013

Acomodarse a la Vida


“Nada incomoda más a los dioses
que se hable de ellos en su ausencia.”
(Iámblico de Calcis)

 
“Bien sea bajo la forma de ideas,
sentimientos o acciones,
llevamos a los dioses dentro”.
(Proclo de Constantinopla)
 

 

 
La conciencia de que algo irrenunciable está ocurriendo dentro de ti, posee la violencia de una revelación en la que no caben márgenes de maniobra, como la que llama a la vida a proteger y alimentar cuanto ha nacido de ella. Así, de este modo misterioso y maravilloso, poco a poco, nuestra consciencia, y con ella nuestra perspectiva del mundo, se ensancha.

 
Al compartir, con devota asiduidad, el silente secreto de la incubatio nocturna, ensimismados y purificados por la contemplación del fértil vacío consciente de nuestro oscuro abismo interior, verdadera naturaleza esencial, tan central como insondable, resulta posible así un recurrente morir y, por ende, un recurrente renacer, que acaba convirtiéndose en propio camino.

 
Arduo camino, que sólo resulta posible recorrer cada vez sin claudicar desde el misterio de nuestro mejor don. ¿Cuál es, desde el aparente aquí y ahora en el que te encuentras, el tuyo? ¿Quizá proteger empero, ante la contrariedad y la adversidad, una sonrisa escondida? ¿Quizá lograr mantenerte disponible a la experiencia? ¿Quizá elegir disfrutar del enigma de tu existencia, sucumbiendo docil ante el colosal tsunami de incertidumbre?



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