domingo, 20 de mayo de 2012

¿Qué significa Conocer?

"διεσκόρπισεν ὑπερηφάνους διανοίᾳ καρδίας αὐτῶν·
καθεῖλεν δυνάστας ἀπὸ θρόνων
καὶ ὕψωσεν ταπεινούς,
πεινῶντας ἐνέπλησεν ἀγαθῶν
καὶ πλουτοῦντας ἐξαπέστειλεν κενούς."
(Lucas 1, 53-54)


"Nuestra vida es un constante proceso
de autoengendramiento."
(Eric Fromm, Miedo a la libertad)




Siempre me llamó la atención el poderoso efecto ejercido por las técnicas de biofeedback sobre el comportamiento del sujeto. Cuando los indicadores de tipo fisiológico son medidos y representados mediante diferentes dispositivos frente a la conciencia de su inconsciente "productor", estos son ahora modificados "a su voluntad" con mayor facilidad. Loada sea la memoria de Norbert Wiener, padre fundacional de la cibernética moderna.

De un modo similar, los tecnócratas que gestionan los recursos (materiales y humanos, valga la redundancia) de este mundo, conforme a unos intereses que, por ser particulares, son necesariamente oscuros, pretenden controlar, también a "su voluntad", la dinámica global mediante un mecanismo similar, utilizando una serie de indicadores "fisiológicos" (Dow-Jones, NASDAQ, Ibex...) y elaboran estímulos, más o menos alarmistas, através de la "pantalla" de los medios de comunicación. Padecen, de esta manera, un espejismo de control que, de modo inconsciente, continuamente se realimenta. Ellos se sienten "la voluntad". La realidad es su feedback.





Fue quizá Nicolás de Maquiavelo el primero en dejar constancia escrita a cerca de la necesidad de quien aspira a liderar la instauración de un nuevo orden de dar la vuelta a todo. A la manera de un dios caprichoso, este nuevo lider habría de llevar a la ruina a los que antes fueron ricos, y elevar ahora a ricos a los antaño menesterosos, para que -unos y otros- todos supieran quién es "ahora" quien manda. Un nuevo orden mundial. Un nuevo sistema de dominación.

Desde finales del siglo XIX disponemos de datos de cómo funciona la economía bursátil, pretendido termómetro de la economía real. Así sabemos que en el periodo de una vida humana media (81,5 años para Tarsis), más o menos cada 35 años, nos veremos "sometidos" a los rigores de una crisis. Es decir, dos te pillarán seguro, aunque según el periodo vital, quizá la "sufran más" tus padres o tus hijos", segun te toque la crisis en la plena infancia o post jubilación. 

Este criterio "economicista" de ver el mundo, que explica todo bajo el parámetro de máximos de endeudamiento que "no se pagan", desestabilizando así la rueda de la usura, justifica -hace necesario- un nuevo "shock" que devuelva las cosas a su ser "normal", como el dios de la usura manda.


  

Si bien este planteamiento puede llegar a estar en completa consonancia con la insignificante perspectiva de una vida humana (con lo cuál tendremos que esperar a finales de 2017 o principios de 2018 para ver asomar la luz de una nueva prosperidad), desde la macroperspectiva cósmica las cosas son de un modo diferente. Brahma sabe que cada 6000 (seis mil) años, año arriba o abajo, las condiciones de vida en la tercera bolita próxima a una enana blanca, situada en los confines marginales (¿suburbios?) de nuestra remota galaxia, se ven bruscamente afectadas, independientemente de la cotización del Dow-Jones.

Los supervivientes, mal que bien, asumen la responsabilidad de volver a poner en marcha el "invento humano", dejando constancia del "shock divino" a las generaciones venideras. Durante ese periodo de tiempo (que los economistas llamarían ciclo) en el que dejan de funcionar las "excel", da tiempo a inventar 3 o 4 "historias de la humanidad", 3 o 4 "religiones", 3 o 4 "justificaciones de los microsistemas de dominación y esclavización del semejante". Al perderse el lenguaje (la más de las veces intencionadamente) se destruye la memoria de la humanidad precedente. Surge así el "mito del cronovisor": el deseo infantil de que Brahma, que está a sus cosas, "guarde memoria de todo lo ocurrido" y, juez implacable, haga justicia, al final de los tiempos.

Allé donde la verdad debiera ser memoria, no se escatiman esfuerzos para que esta última no prevalezca. Pandemias, terremotos y tsunamis colosales para los grandes ciclos, guerras, cambios de "lengua oficial" y "oficial religión" para los menores. Las supersticiones terminan resultando irrelevantes. El olvido total así garantizado, permanece debidamente codificado en los textos sagrados madre.

Esto ocurre una y otra vez, una y otra vez. Aunque, qué duda cabe", a cada generación nos gusta sentirnos "los modernos", transitamos, desde la edad de oro (reseteo) a la de edad de excel correspondiente,  deambulando de revolución en revolución.

  
A los que, como le ocurre a Félix Rodrigo Mora, nos gustaría mantener a los seres humanos en una "permanente edad de oro", sin estado ni capitalismo, sin sistemas de dominación, a veces se nos olvida que es una voluntad maligna la que mueve, en la sombra, las cosas. La que determina como fue que en el pasado evolucionaron, hoy evolucionan y mañana evolucionarán todas nuestras tentativas revolucionarias. A nosotros sólo nos corresponde luchar.

Estamos de acuerdo en que poco puede esperarse de los millones de "seres nada" que vejetan dóciles, obedientes, crédulos y atemorizados. Se necesita formar un ejército de hombres y mujeres nuevos que pongan por delante de los intereses mezquinos que durante más de trece décadas han alimentado los títeres tiranos a la cabeza de la fachada de gobiernos, recordando las genuinas necesidades inmateriales que nos hacen ser humanos: vivir en la verdad, saber convivir desde el apoyo mutuo con otros, desde valores como el afecto sincero, la empatía, la esperanza, el sentido, la acción común no jerarquizada, buscar el bien común en orden a materializarlo, hacer de cada existencia testimonio vivo del milagro de la autoconstrucción... insha'a Allah.






Quiera Dios que se imponga un ciclo donde prevalezca lo mejor que tenemos los seres humanos, siempre que miremos cara a cara nuestra sombra, y se haga, una vez más, nuestra voluntad, que fuimos diseñados a Su imagen y semejanza y como ELLA/ÉL, estamos hechos 50%/50% de sombra y luz. Un nuevo ciclo. La lucha comienza. Independientemente del resultado, ella es nuestro "verdadero" triunfo... insha'a Allah.






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