miércoles, 8 de mayo de 2013

Desprogramación

"¿Qué intención se oculta tras una educación
que no te enseña cosas tan esenciales para la vida
como cultivar tus alimentos, cocinarlos sabrosos,
confeccionar tu  propia ropa, construir tu casa,
proteger tu salud o hacer bien el amor?"
(Alan Watts)

"Escucho y olvido.
Veo y recuerdo.
Hago y entiendo."
(Lao-Tsé)

"Si no quieres ser esclavizado por el Sistema,
deberás crear y evolucionar el tuyo propio."
(William Blake)



¿Quien podría llegar a temer la firme decisión de cualquier ser humano, de tratar de bajarse del perverso entramado socio-económico y cultural y retornar a la simplicidad de lo básico, cultivando aquello que consume, construyendo y elaborando -por sí mismo- todo aquello que verdaderamente necesita para vivir desde la propia virtud?.

Conformarse con ser un mero consumidor o usuario significa, del mismo modo, condenarse a ser "consumido" y "usado" por los que no se conforman (iglesias, multinacionales, entramados recaudatorios) a perder el control estadístico que renta la población y siempre -también incluso en nuestro tecnocrático y sobre globalizado micro-universo- necesitan ir un paso por delante.




Escúchate a ti mismo, regresa a la realidad de tu mundo interior, allí donde se oculta el modo en el que se programó a la fuerza tu actual sistema de certezas y creencias. Descubre el código que te ejecuta sin tu permiso y bajo el que piensas, sientes y actúas. Una vez dentro decide qué borrar, qué debe ser preservado y qué debe ser añadido a la que, al menos a priori, sería tu programación ideal. Toma así un control que pertenece a los dioses.

Descubrirás tal vez que tras el fascinador mundo on-line transcurre un mundo off-line quizá menos grato; que comunicarte realmente con alguien significa involucrarte; que siempre puedes rechazar todas las opciones disponibles si ninguna te convence; que el mundo es demasiado complejo para encorsetarlo en fórmulas, modelos y abstracciones dicotómicas; que hasta los cosmopolitas quieren vivir próximos a los seres que aman; que no hay mejor modo de luchar contra el anonimato irresponsable que expresar el rico caleidoscopio de tu identidad; que la verdad resiste y permea cualquier intento de acallarla; que compartir no significa robar el esfuerzo creativo de otros; y que todo lo dicho puede ser discutible y discutido desde hoy mismo, quizá mañana, a no más tardar pasado... que todo cambia y tú habrás de decidir cómo, cuándo, cuánto y cómo, decidir incluso decidir.

Regresa a ti y toma el control de tu existencia, ahora que aún existes (quién sabe hasta cuándo) y mientras dure. Ama la vida tal y cómo se te presenta, ama lo que eres y fuiste, desde lo que estás llamado a ser. Ama finalmente a los que -junto a ti- son como son. No hay deuda ni contrato legítimo, en lo que respecta al alma. Toma el control por primera vez, sin miedo o pese al miedo a hacerlo. Podrás programar tu vida, siempre en la medida en que sepas aprender a escucharte. No esperes, ¿qué te dice -aquí mismo, ahora mismo- el corazón?



No hay comentarios:

Publicar un comentario