"¿Qué hay más urgente que lo
íntimo? ¿Qué hay de más preocupante? ¿Más enigmático? ¿Más
esperanzador y promisorio? Lo íntimo nos llena de preguntas, de expectativas y
de sueños, y también de dudas e inquietudes. La carga que conlleva lo íntimo es tan pesada que no es de extrañar que sea uno de los problemas fundamentales de la
experiencia humana desde el nacimiento
hasta la muerte, y tal vez más allá. Todos conocemos por
experiencia situaciones íntimas particulares pero que, aun en esa
especificidad, permiten la identificación y la empatía, el odio y el rechazo
más visceral. Después de todo, ¿quién no ha vivido un flechazo, una desilusión
o una ruptura? ¿Quién no ha vivido el arrebato y el éxtasis y también la traición, su dolor aparentemente insufrible e
interminable? ¿Quién no se ha alegrado y llorado antes, durante y después en
secreta, furtiva e inconfesable intimidad?"