“Ofrezcamos una nueva
copa a las sombras,
un pequeño abrevadero
a quienes abandonó la Palabra,
a los que, sin aliento
y sin luz, gimen esperando nacer.”
(Ritual curete)
“Cada nueva humanidad
habrá del brotar
del humo grasiento que
desprende la sangre
de los titánicos
cadáveres al arder
fulminados por su rayo.”
(Olimpodoro)
De igual modo que la
música despierta a los muertos de su sueño sin palabras y los llama a resucitar
en otros cuerpos durante la gestación, así la palabra verdadera, aquella que
grita en el corazón, despierta al ser humano y lo sacude con su ritmo
insoslayable, vibrando en sus tuétanos. Cada frase, cada palabra, cada letra
cuenta y es la más importante.
Sólo con palabras
verdaderas conmovió Cleopatra el corazón de Meleagro. Ha llegado la hora.
Protege el corazón de Zagreo y la humanidad será salvada. Aplacados en la
ebriedad de su festín, esparagmos y omofagia, bajaron la guardia y ya dormitan
los titanes. A pesar de su aparente inconsistencia y mutabilidad, es necesario
sumergirse en la creación y vivirla de un modo definitivo y contundente. No les
va a servir la arcilla blanca. El hijo de Metis ya está preparado: 9ec4c12949a4f31474f299058ce2b22a.
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