“Triple protectora de caminos,
umbrales y encrucijadas,
guardiana de los silentes
inquietos que aún aguardan,
guía luminosa de los renacidos,
ábrenos las puertas del sepulcro
y sé propicia a los que, en serena devoción,
velan en tu Noche.”
(Hécate, Himno Órfico)
“Gemimos, gemimos…
…pero esperamos.”
(REAA, TF)
Este año Halloween ha madrugado
más de lo debido, pero muy pocos, ya que la gran mayoría se encuentra aún férreamente atada
a la arbitraria tiranía imperial del calendario solar, son los que parecen haberse
percatado de ello. Así, según sea tu vibrar, esta noche hallarás tinieblas o luminosa oscuridad,
de ti depende. No se puede osar atravesar el Olimpo sin el debido entrenamiento
lunar, por más que les pese a los modernos perezosos esclavos de la
urgente instantaneidad.
Atravesar la magia de la oscura encrucijada,
el “orio” o prodigioso umbral que guardan las “oras”, para enfrentarnos cara a
cara a aquellos misterios que nunca quisimos ver ni escuchar, por temor a que
nos alumbrasen un indeseado camino. La portadora de llaves sólo hace su trabajo,
ataviada de su azafranado peplo ritual. ¿Te atreves tú a asomarte tras la
puerta? No te olvides la ofrenda de sangre y miel que requieren los ctonios. No
te imaginas la prima de riesgo de un olvido semejante.
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