“Los asuntos trashumamos
son demasiado importantes
como para dejarlos en
manos exclusivas
de teólogos o
sacerdotes.”
(Jean-Baptiste Morin,
Astrología Gallica XXI, 1)
No hay mejor modo de
agraviar al azar, que, utilizando dados marcados, elegir con tino (a sabiendas)
el mejor o peor momento para hacer, mantener o destruir “cualquier cosa”. Y,
sobre todo, tratar de que nadie, ni siquiera amigos que pudieran resultar
tornadizos, se halle en conocimiento del tal ardid. Nada tan práctico como mover
a “voluntad” los astros, ya sea a fuerza de “óscares”, alfombras rojas o purpurados cónclaves.
La rapidez en el
actuar no resulta una cuestión menos baladí. ¡No se imaginan lo rápido que
transcurre el momento! Sabia decisión, pues, la de saber esperar cuanto sea
menester en lo secundario y actuar sin la menor dilación en lo esencial. El
universo vibra desde ti.
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