“Petrus romanus,
qui pascet oves in multis tribulationibus,
quibus transactis civitas
septicollis diruetur
et ludex tremendus iudicabit
populum suum.
Finis.”
(Malaquías de Armagh)
“Nec necesse habetis ut aliquis
doceat vos,
unctio eius docet vos de ómnibus”
(I Juan 2, 27)
Toda institución jerarquizada se
caracteriza por un antes y un después operativo, que, para evitar frecuentes
confusiones (usurpaciones), ha de ir acompañado de distinciones, símbolos y prebendas
que garanticen el “natural” curso de honores.
El emeritazgo permite así seguir
gozando de todos los previos privilegios pero sin responsabilidad, por eso es el más alto
rango de cualquier escalafón, pues proporciona una cualidad cuasi divina, acorde a la
cantidad del caudal que continua siendo convenientemente usurpada, otorgando a la persona afortunada una muy deseable venerabilidad que ya no requiere rendir "abajo" ninguna clase de cuentos y cuentas. Pero ¿y arriba? ¿Reconoce el ministerio petrino alguna clase de Magisterio?
Hay una plaza vacante en la “Construcción Suma de Puentes” entre aquellos mundos trashumanos y el nuestro. Urge, pues, su ocupación inmediata, a fin de
que se restablezca el comercio y fluya la “especie”. En lo posible, absténganse cotidianos simuladores y asiduos farsantes.
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