“Con
la suficiente perspectiva
cualquier
genocidio termina por resultar banal.”
(Hannah
Arendt, Human condition)
"Construida sobre el agua,
mis muros de fuego son."
(Sic gloria labores in Miaccum, Arroyo matriz)
"Pues claro que hay una guerra de clases
¡y la estamos ganando los ricos!
(Warren Buffet)
"Pues claro que hay una guerra de clases
¡y la estamos ganando los ricos!
(Warren Buffet)
Ahora
que el terror ya no se dirige sólo sobre los convenientes enemigos, sino también sobre los
amigos incómodos. Ahora que los desconfiados plutócratas han decidido sustituir
la costosa burocracia por una tecnocracia mucho más leal y económica (Snowdens aparte), el "interés público", que tan pingues beneficios siempre ha procurado a los que,
bajo el sagrado principio del “solve et coagula”, élites extractivas, siempre han sabido ordeñarlo con pericia desde el
origen de los tiempos, estará ahora garantizado.
Cabe,
no obstante, resolver la cuestión de dónde silenciar los lamentos de la nepótica
escoria desechada y utópica (ya sin lugar) en el Nuevo Orden Mundial, amordazada
con su correspondiente balduque. El peculado ha caído en desgracia, ahora que
los gobernantes y cardenales nepotes nacen en laicos paritorios profanos.
Tendrán que esperar aún cuestiones no menos importantes: el mapa genético de la neoraza oficial, el desmantelamiento definitivo de los amagos de multipolaridad, fruto del ya decadente y agónico sistema de estados nación, la subyugación total del actual y casi obsoleto estado subhumano bajo el tecnoimperio creciente, para así administrar sin trabas, de manera eficiente y sostenible para la élite “natural”, los limitados recursos de un planeta por fin "diseñado a la medida" que, porfírico nacimiento mediante, como única patria "les pertenece": el primero capador.
La
destrucción de los pueblos a manos de sus líderes ocupa siempre los más oscuros
e inefables capítulos de nuestra humana historia. Allí donde todos son culpables, no
lo es nadie. Aún le queda al brazo ejecutor del aparato el dar término al “trabajo” para que fue concebido. A falta de la inspirada pericia
del anax, ¿sabrán resolver sabiamente los actuales adocenados sebastos?
Dos
nuevos destacados mandamientos alumbra ya el Nuevo Drónico Shebaot, llamado así a restablecer un Nuevo Orden Mundial más de adoctrinamiento que, no solo negará sus crímenes, sino el haber participado
como seguidor del aniquilador movimiento: “Darás falso testimonio” y “matarás”
o, dicho de otro modo, “borrón, cuenta nueva y chitón (silencio)”, que los pecados quedarán sepultados en la chispeante negra piedra “Bereshit bará Elohim…” (Reinventar con renovado ímpetu los comienzos).
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