sábado, 17 de agosto de 2013

Sibila contrariada


“Inhumano suele ser
el hombre para el hombre.”
(Plauto, Asinaria)

“Fuentes silentes,
apolíneo susurro acallado,
sin cobijo ni laurel.”
(Ultima sibila délfica a Adriano)






Quiso la pereza instituir la mayor parte de los días como nefastos, para que el funcionariado mántico adscrito al trípode no tuviera que trabajar día si día también, como ahora le ocurre al pobre buscador de Google, sin menoscabo alguno de la actividad del tesoro de Apolo. La fuente Castalia manaba limpia y generosa, garantizando la producción diaria de laurel, el aseo lustral de Femonoe y el conveniente estertor de las ofrendas destinado a apaciguar a la pitón guardián del Mantheion Delphi y mantener así el negocio. Se corrompe Apolo en el Parnaso, de febrero a octubre.


La construcción y destrucción de imperios requiere siempre de ingentes recursos, los cuales no siempre son entregados voluntariamente al fisco por los contrariados dioses, que observan molestos no solo ver arrebatado el fruto de su devoción sino también truncado su onfálico arbitrio por la fuerza mayor de la avaricia profana, capaz de sobornar a conveniencia, ayer como hoy, al mediático oráculo que usurpa la voz de Apolo, polarizándola. ¿Por quién se decantarán esta vez los vapores? Mejor dicho, ¿quién da más? De noviembre a enero, tocará corromper sin mayor esfuerzo a Dionisos: en la encrucijada, mantén a salvo la miel y el granero y… ¡no te fíes ni un pelo de las águilas vaticanas!



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