"La única manera de acabar
con la fuerza que anima a tan pertinaces agitadores
es su definitiva disgregación."
(Octave Deppont y Xavier Coppolani, 1897)
Lo Eterno resuena en cada corazón con una vibración
única e intransferible. Nadie es más que nadie, ya que todo guarda una
primordial función. Constelaciones, planetas y letras madre, cada una en su
peculiar unísono. No seas de los que guían sus pasos por el capricho. Que nadie
puede rezar sin permiso y, bien mirada (descifrada), no puede decirse que haya letra muerta.
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