jueves, 15 de noviembre de 2012

Viento dominante


“Seremos capaces de cambiar el mundo
con tal de que nada nos cambie.”
(Señor “X”)

 

 

Parece natural rehuir o combatir, cada quién según su gusto y querencia, todo aquello que experimentamos como una amenaza. ¿Bajo qué perspectiva actúa el avestruz? Habrá que consultar algún autorizado manual de ficción científica de los vigentes. Cualquier novedad, no por ser un inicial despropósito evita, a fuerza de ser repetida, ser convertida en hábito. Ese tipo de hábitos sí hacen, lo quiera o no lo quiera el interesado, al monje.

 
Es lo que tienen los campos metamórficos resonantes. Allí donde algunos encuentran el cielo, escuchando ópera, otros, sencillamente, se duermen. Todo depende del viento dominante, más que de los genes. Aunque algunos genes parecen obstinados, con tal de justificar y preservar su milenario status quo, en llegar a dominarnos. Supra peritia domini, o como dicen en mi tierra, “el primero, capador”.
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario