sábado, 10 de noviembre de 2012

Esclavos malacostumbrados

“No endurezcáis el corazón.”
(Salmo 95,8)
 
“No existe bondad alguna
que no nazca de la total libertad.”
(Jesús de Nazaret)

 

 
 

Suelen los diluvios generar entre la población notable descontrol y desconcierto. Por fortuna, las aguas vuelven a siempre a su cauce, tras enrasar privilegios. La eficacia divina, que pone a cada cosa en su sitio, dará su justo merecido y lugar a toda esta ensoberbecida escoria. Asambleas curiales y centuriales, al orden. Senex llama a las puertas. Inútil amurallar la miel. ¿Apostamos?
 
 
 
 

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