“No endurezcáis el corazón.”
(Salmo 95,8)
“No existe bondad alguna
que no nazca de la total libertad.”
(Jesús de Nazaret)
Suelen los diluvios generar entre la población notable descontrol y
desconcierto. Por fortuna, las aguas vuelven a siempre a su cauce, tras enrasar
privilegios. La eficacia divina, que pone a cada cosa en su sitio, dará su justo
merecido y lugar a toda esta ensoberbecida escoria. Asambleas curiales y
centuriales, al orden. Senex llama a las puertas. Inútil amurallar la miel. ¿Apostamos?
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