sábado, 10 de noviembre de 2012

Fértil entendimiento

“Se nos retira la vida
toda vez que terminó nuestra particular misión
o que ya perdimos la última ocasión de terminarla.”
(Eliyohu Ben Shlomó Zalman, el Comerciante)
 
 
Un proceso vital, como aquel en el que cada uno de nosotros nos encontramos ahora involucrados, es una invitación para aprovechar todas las oportunidades que nos ofrece de manera exclusiva cada momento. Ese aprovechamiento peculiar de cada instante requiere de una sensibilidad exquisita hacia la calidad temporal. Sin esa sensibilidad sólo perdemos nuestro tiempo y, con ello, la vida.

La liberación de nuestras diferentes formas y modos de esclavitud espiritual, requieren del don de computar de manera adecuada cada fracción de tiempo.

Dicho cómputo viene ligado a una determinada forma tradicional o social. ¿Qué garantía tenemos de que la que compartimos dentro de una determinada cultura o país sea la más correcta, cuando todas ellas son distintas? ¿Cómo alcanzar la verdadera noción de tiempo sagrado sin contaminar? ¿Habremos de rendir nuestro empeño a las noción pragmática de respetar el previo arbitrio consuetudinario? ¿Es quizá este  tema tan importante, como para tomarse la molestia de tratar de averiguarlo? Saque, como siempre, el lector sus propias conclusiones.
 
 
 
 

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