domingo, 2 de septiembre de 2012

Aeuropa morta est


“La era unipolar norteamericana,
en realidad no duró más que la década de los noventa.”
(Parag Khanna)
 
“Europa aún no se da cuenta de hasta qué punto
ha perdido importancia a los ojos del mundo.”
(Kishore Mahbubani)
 
“¿Qué más da que un gato sea blanco o negro?
Lo importante es ¡que cace ratones!”
(Deng Xiaoping)

 

 

 

En el mundo multipolar post 2012, China ocupará la hegemonía económica mundial, seguida de la India. Estados Unidos sobrellevará los estertores de una indigna tercera posición como emperador depuesto, seguida de unos pujantes Brasil y México. Esta situación económica no será posible sin un declive del marco “religioso actual”. El colapso del “Homo albus” y el ocaso de sus dioses resulta no ya imparable sino a todas luces más que evidente.

 

La iglesia católica, cansada, anticuada y, sobre todo, triste, como aquel joven rico que desdeñó unirse a la comunidad de Jesús, atrapada por la burocracia, se aferra al veneno del bienestar, a la pomposidad de “eventos” que no alcanzan la categoría de liturgias. La piedra está seca, muerta. Su gangrena se extiende imparable sobre una Europa sierva sentenciada a desaparecer y corromperse junto al féretro de su ama. En un horizonte laico, los restos de ambas ya no encontraron al fin ni un centímetro cúbico de tierra medianamente santa sobre las que descansar.

 




En pleno desorden mundial, asistimos al despedazamiento del imperio que fue español, portugués, francés, británico y a la postre norteamericano. Cinco siglos de ignominia tocan a su fin. El sol que muere en occidente, sigue su curso natural y se alza victorioso en oriente. Del imperio, como ocurre siempre, sólo quedará recuerdo en las lenguas. Aún recordamos el “romano” Deus manet, mundus volvitur.

 

Hay algo nuevo en todo esto. A la “alta finanza” ha dejado de parecerle rentable eso de invertir en grandes guerras. ¿Dónde estará el nuevo negocio? Donde siempre: una nueva tecno-religión global. Aún recordamos el “anglosajón” last, but not least. Me temo que la gerontocracia planetaria se doblegará, una vez más, bajo el peso de los dogmas presupuestarios del IV Reich y a ritmo de la danza de Kali sobre la delicada tela de la “araña” global. ¿Cómo se dirá veni, vidi, vicit en mandarín?
 
 
 
 

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